Conocida en la escena pop y experimental como Micachu, esta destacada artista británica llegó al cine de la mano del director Jonathan Glazer en la película Under The Skin (2013), su hipnótica banda sonora, motivó a Pablo Larraín a invitarla a participar en Jackie (2016) donde la música de Levi se posicionó en el dolor y el quiebre emocional de la icónica primera dama, esta emotiva partitura le valió una nominación al Óscar.

 

En esta oportunidad la fuerza y el espíritu de Monos motivaron a Levi a darle el sí a un persistente Alejandro Landes, “me gustan las películas qué días, incluso semanas después de verlas, siguen rondando en mi cabeza” afirma la singular artista.

 

Monos es una potente experiencia cinematográfica donde la música de Mica Levi se funde magistralmente con la imagen y el impetuoso diseño sonoro de Lena Ezquenazi, creando una simbiosis perfecta, está llena de sonidos electrónicos, minimalistas que se relacionan con cada uno de sus personajes, con su individualidad, pero que a su vez se funden en un todo evocando la tribu y su comportamiento gregario. 

 

Un silbido opresivo, un redoble de timbal o un sintetizador que gana intensidad hasta desaparecer dejando en su ausencia los efectos de la adrenalina, ayudan a erigir la historia, a representar lo salvaje, la supervivencia, la adolescencia y todos sus matices, “Para mi no es una visión de Colombia, de cierta forma es una película sobre la adolescencia, sobre el crecer, el conflicto, la energía, el amor, la pérdida, la ira, que obviamente se intensifican en este contexto tan particular” afirma la compositora británica, nominada al Oscar por su arriesgada apuesta para Jackie de Pablo Larraín 

 

Levi contó con la plena libertad de experimentar y crear melodías, dejándose llevar por el impacto que generaban en ella las imágenes, las secuencias, los planos en pantalla, “a veces buscaba que la música se sincronizara con las imágenes y otras veces simplemente me dejaba llevar por los sentimientos de los personajes”, el resultado es una penetrante, inquietante, desconcertante y absolutamente poderosa partitura, como pocas veces se ha visto en el cine nacional.